Para celebrar un aniversario de bodas, algunas parejas renuevan sus votos matrimoniales. El punto no es que los votos originales ya no sean válidos, sino demostrar que ambos siguen comprometidos con ellos.
En cierto modo, Deuteronomio 29 es como una renovación de votos entre Israel y el Señor. Sin embargo, hay algunas diferencias. El pacto en el monte Sinaí se había hecho con la generación anterior. Esta fue una oportunidad para que la nueva generación, que eran niños pequeños durante el Éxodo, hiciera un compromiso personal con el pacto. Esto resalta la importancia de transmitir la fe de una generación a la siguiente. No podemos depender de la fe de nuestros padres o de nuestra historia familiar. Cada generación necesita hacer suya esa fe. Esta ceremonia era una ocasión formal en la que la nueva generación podía afirmar públicamente su compromiso.
Uno de los elementos más importantes del pacto era que Israel adoraría solo al Señor: “Ningún hombre ni mujer ni clan ni tribu entre ustedes aparte hoy su corazón del SEÑOR nuestro Dios para ir a adorar a los dioses de esas naciones” (v. 18). La idolatría sigue siendo una profunda tentación para nosotros hoy. Puede que no miremos a los ídolos de madera o piedra, pero los dioses de la riqueza, el estatus y el yo son siempre atractivos. Hay solo Uno que es digno de recibir nuestra adoración.
Cuando nos comprometemos con el Señor y vivimos como si Él fuera lo más importante en nuestra vida, damos testimonio al mundo. De la misma manera, si nos llamamos cristianos y, somos infieles en nuestras creencias o acciones, el mundo se da cuenta (v. 24). Que nuestras vidas se alineen con nuestra confesión de que Jesús es el Señor para la gloria del Padre.
- ¿Cómo se vería una ceremonia de renovación de tu compromiso para el Señor? Tómate un tiempo hoy para “renovar” tu compromiso de servirle. Pídele que reavive tu pasión original por servirle.
Ora con nosotros
La idolatría es una tentación tan grande hoy como lo fue en el antiguo Israel. Dios misericordioso, gracias por esta sombría advertencia sobre el peligro de la adoración a los ídolos y la desobediencia. ¡No permitas que nuestros corazones se aparten de Ti!
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