Lee Romanos 7:1–6
En los votos matrimoniales tradicionales, un esposo y una esposa se comprometen el uno al otro “hasta que la muerte los separe”. Mientras ambos estén vivos, el contrato matrimonial estará intacto. En su carta a los Romanos, el apóstol Pablo explica que, así como las obligaciones legales del matrimonio cesan cuando muere el cónyuge, la muerte de Cristo liberó al creyente de estar atado a la Ley. En el capítulo 7, Pablo nos ayuda a entender cómo la muerte y resurrección de Jesucristo cambió para siempre nuestra relación con la Ley.
¿Significa esto que ya no tenemos ninguna obligación con Dios? De ninguna manera. Pablo explica que hemos sido liberados de la Ley para que podamos servir a Dios de una manera nueva y más poderosa. Como dice el versículo 6 servimos “con el nuevo poder que nos da el Espíritu y no por medio del antiguo mandamiento escrito”. El mensaje de Pablo no es un evangelio de sustracción, sino de adición. Algo nuevo se ha añadido a nuestra naturaleza para proporcionar vida donde antes no la había. Es el poder de resurrección del Espíritu.
Está claro que el versículo 4 tiene en mente tanto la crucifixión como la resurrección de Cristo. Quienes están unidos por la fe a Cristo en Su muerte “murieron a la Ley mediante el cuerpo crucificado de Cristo” para que “sean unidos a otro” (NBLA). Puesto que pertenecemos “al que fue levantado de entre los muerto”, ahora “daremos fruto para Dios”. Este contraste revela una limitación importante de la Ley que nos permite entender por qué nadie podía ser justificado por ella. La Ley establecía un estándar de santidad, pero como “estábamos en el reino de la carne”, no podía capacitar a nadie para cumplir con sus exigencias (v. 5).
- ¿Qué significa estar libre de la Ley? ¿Ya no tenemos que obedecer los mandamientos originales de Dios? ¿Por qué sí o por qué no?
Ora con nosotros
Padre, gracias por la seguridad en la lectura de hoy de que no estamos bajo la Ley, sino bajo la gracia. Nos llamaste a salir de nuestro pecado para formar parte de Tu familia del pacto. Aquellos que salen de la desesperación reciben una vida nueva. ¡Gloria a Tu nombre!
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