Eunice (Bello) Childress

Rendida a Su voluntad

Por Eunice Childress


Crecí en un hogar cristiano, donde mis padres sirven como líderes a nivel nacional en el ministerio cristiano de mi país de origen, la República Dominicana.

Desde pequeña estuve rodeada de campamentos, viajes misioneros, grupos de adoración y servicio a la comunidad sorda. Mi niñez y adolescencia fueron etapas llenas de experiencias que moldearon mi fe y me enseñaron lo que significa vivir para Dios.

A los 18 años fui elegida embajadora juvenil de Visión Mundial donde tuve la oportunidad de representar a mi país junto a otros 52 jóvenes de diferentes naciones en dos giras internacionales.

Cuando me gradué de la universidad pensé: “He servido lo suficiente en la iglesia y en ministerios cristianos bajo la influencia de mis padres. Ahora quiero escribir mi propia historia. Me mudaré a un lugar donde nadie me conozca, haré mi propio nombre y buscaré un trabajo lucrativo.” Incluso le dije al Señor: “No te preocupes, serviré en la iglesia de vez en cuando. Ha sido divertido servirte, pero ahora quiero aventurarme un poco y ser ‘más normal.‘ ” En mi mente, proyectaba la imagen de una “chica inocente y aburrida”. No tenía un testimonio de salvación dramático e impactante, y al mismo tiempo pensaba que me estaba perdiendo lo divertido y aventurero de la vida.

Esa ambición personal me llevó a trabajar a los Estados Unidos. Sin embargo, al no encontrar satisfacción en mis propios planes, finalmente le dije al Señor: “Comprendo que solo en tu presencia hay plenitud de gozo. Mi vida es tuya; úsame como quieras.”

Te parecerá cómico, pero al final terminé trabajando en una organización cristiana, sirviendo en una iglesia local, y casándome con un pastor. Fue entonces cuando aprendí que la vida abundante no está en hacer mi propia voluntad, sino en rendirme a Dios y a sus propósitos. Dejé de preguntarle al Señor cuál era su voluntad únicamente para mi vida, y comencé a orar que abriera mis ojos y me mostrara donde ya estaba obrando, y cómo unirme a sus planes. Ya no se trata de mi historia, sino de Su Reino y de cómo alinear mi vida a Él. Dios es quien nos hace entender, nos guía en el camino y endereza nuestros pasos conforme a sus propósitos.

Hay un gozo profundo en servir al Señor y rendirle nuestra vida dondequiera que estemos. En mis planes corrí lejos tratando de hacer mi propio destino, solo para darme cuenta de que al final del día terminé donde comencé, a sus pies.

En Mateo 20:1-16 Jesús narró la parábola de un propietario que contrató a trabajadores en diferentes horas del día y, al final, les pago a todos lo mismo, incluso a los que llegaron tarde. Por un tiempo, estuve de acuerdo con quienes consideraban injusto que los trabajadores que comenzaron temprano recibieran el mismo pago. Sin embargo, al conocer más el carácter de Dios, aprendí a agradecer Su cuidado en mi vida desde la niñez y, al mismo tiempo, a celebrar junto a aquellos que llegan más tarde. Al Señor no le importa si llegamos a Él en la inocencia de nuestra niñez, o al final de una jornada de dolor. Él nos recibe a todos por igual.

No necesito “probar el mundo” para tener vida abundante, ni considero que desperdicié mi juventud. Me regocijo ver el poder de Dios rescatando vidas. Todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de DiosNo hay nadie bueno, ni aún uno. Todos necesitamos Su perdón y misericordia. Ya sea de vicio, adicción o lujuria, o de mentira, envidia, odio, chisme u orgullo… ¡la lista es interminable!

Dios envió a su hijo Jesús por todos, y todos necesitamos Su perdón. No importa si vienes a Él en tu niñez o en el otoño de tu vida; ¡aún hay tiempo! Si escuchas hoy Su voz, no endurezcas tu corazónÉl está tocando tu puerta; si la abres, Él entrará y hará morada en tiÉl promete estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundoEn el mundo tendremos aflicciones, pero podemos confiar porque Él ya venció.


Eunice (Bello) Childress

Original de la República Dominicana. Tiene una licenciatura en Administración de Empresas de la Universidad APEC, R.D. Y una Máster en Contabilidad de la Universidad Walden, USA, además de otras certificaciones en Biblia y Liderazgo Cristiano. Es oradora, maestra, líder de alabanza y vocalista. Ha servido como contadora y administradora de finanzas en varias organizaciones cristianas en la República Dominicana y Miami. Actualmente es la Contadora Senior en la oficina de contaduría en el Instituto Bíblico Moody. Vive en el noroeste del estado de Indiana y está casada con Leroy Childress, pastor y terapeuta matrimonial y familiar, y tienen 3 hijas adultas: Natalie, Hailey (Mateo), y Naomi. 

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